Bajo la batuta de dos magos, el Valencia quedó anonadado
- Hache
- 15 feb 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 24 feb 2021
El Real Madrid recibía en la tarde de ayer a un Valencia que, a pesar de no estar ni mucho
menos en su mejor momento, siempre ha sido un rival histórico y en los encuentros ante los
blancos, los murciélagos solían crecerse y ponérselo difícil al cuadro de Chamartín.
Sin embargo, contra todo pronóstico, solo un equipo pareció saltar al verde, los chicos de Zizou
tuvieron una tarde placentera ante un Valencia que, sin lugar a dudas, realizó el peor
encuentro de lo que llevamos de temporada, pero no porque las cosas no les salieran, sino por
la falta de actitud, de ganas y de entrega por la camiseta que están representando.
Solo hacía falta ver los rostros y las acciones de los hombres de Javi Gracia, quien fue
espectador de la debacle valenciana desde la grada dado que seguía cumpliendo sanción, para
observar la poca entrega de los futbolistas: a algunos se les notaba desganados; otros ni
siquiera acudían a los balones divididos, quizás siendo conscientes de que saldrían derrotados
en los duelos individuales o, quizás, porque tampoco tenían muchas ganas de disputar aquel
partido en el que ni siquiera fueron capaces de inquietar a Courtois; pero, sin duda, dos
acciones esclarecen por completo la falta de actitud del cuadro valencianista: en la primera de
ellas, Gonçalo Guedes aparece como protagonista parando a atarse la bota durante un ataque
valencianista, cuando en multitud de ocasiones hemos visto a jugadores que se les ha
escapado una bota y han seguido jugando incluso descalzos; la segunda de las acciones a
destacar la encontramos en la segunda parte, en un gol anulado a Mendy puede observarse
claramente como el futbolista Correia baja, literalmente, al trote, casi andando a defender una
acción de contrataque madridista por su propia banda que, finalmente, terminaría en gol
blanco, aunque, posteriormente, terminaría siendo anulado por fuera de juego.
Esas dos acciones hacen ver a los aficionados del Valencia que hay determinados jugadores
que no merecen vestir los colores valencianistas, que de poco sirve tener un presidente
multimillonario como Peter Lim si no se consigue una unidad en la plantilla, formar un grupo,
un equipo, en definitiva, una familia. El Valencia debe salir cuanto antes de esta dinámica
derrotista que acabará por hundir al equipo ché, debe hacerse con un entrenador que de
verdad se sienta a gusto con su plantilla y esté dispuesto a luchar por los intereses de la
misma, debe hacer una limpia en la plantilla dejando solo a aquellos chicos que realmente
defiendan los colores de un equipo que sin duda es historia viva del fútbol español y, solo de
esta manera, seremos capaces de volver a ver al Valencia de siempre.
Por otra parte, cabe analizar el desarrollo del encuentro, en mi opinión, preocupante del Real
Madrid en la tarde de ayer. Siendo sinceros, los blancos no encontraron ningún tipo de
oposición ni rival competente en el transcurso del partido, sin embargo, si observamos el
luminoso, observaremos que los blancos solo fueron capaces de dejar patente su superioridad
con dos tantos: uno de ellos, una obra de arte del ariete francés, en el que, desde mi punto de
vista, Jaume puede hacer algo más; y, el segundo, obra de Toni Kroos que, sin duda, fue el
mejor jugador del encuentro.
Centrándonos en este último futbolista, fue lo único positivo en el día de ayer para el cuadro
blanco, el fútbol bailó al son del director alemán y el mago croata, sin la inestimable ayuda del
guardaespaldas Carlos Enrique Casemiro.
Tanto Kroos como Modric realizaron un encuentro sublime, todos los balones pasaron por sus
pies, ellos mismos se sintieron cómodos y se buscaban constantemente, se conocen
perfectamente y son capaces de jugar de memoria el uno con el otro; Toni siguió con su
efectividad vertiginosa superando el 90 % de acierto en el pase y, por su parte, Luka decidió
demostrar una vez más que los años no pasan por él. Por ende, concluimos en que, bajo la
batuta de ambos magos, el Valencia quedó anonadado.
Por último, cabe destacar el enunciado anteriormente mencionado de que el encuentro ayer
de los madridistas es preocupante. Todos los madridistas recordarán el 8-0 al Levante o el 10-2
al Rayo Vallecano entre otras goleadas blancas en la última década. Sin embargo, en los
últimos años y, sobre todo, desde la salida de Cristiano Ronaldo, los madridistas no han vuelto
a vivir goleadas así.
Ayer era la oportunidad perfecta para los chicos de Zidane de reivindicarse, de dar un golpe
encima de la mesa, de hacer ver al Atlético de Madrid que lucharían por la liga; de asustar a
Europa dejando claro que la Champions volvería a ser blanca; y, por último, de hacer ver a los
madridistas que aquellas goleadas también serían posibles sin Cristiano. Pero nada más lejos
de la realidad, a pesar de no tener oposición alguna en el verde, el hambre de los madridistas
no apareció por ninguna parte, parecían tener clara la victoria y no querer hacer sangre al rival,
cuando esa es la característica más reseñable del Real Madrid a lo largo de la historia, si el
Madrid podía meterte 10, te metía 12, y sin duda esa es la mejor forma de respetar al rival; sin
embargo, nadie sabe dónde quedó ese Real Madrid, porque desde luego, ayer, sobre el verde
del Alfredo Diestéfano, no apareció.
Era una oportunidad sinigual para golear a un Valencia desaparecido, pero la conformidad y la
falta de hambre de los blancos hizo que los chés salieran casi ilesos de Valdebebas para lo que
podría haber sido.
Por último, concluimos este artículo con una petición al aire, una petición de que dos de los
clubes más históricos de España y, posiblemente de Europa, vuelvan a ser lo que eran, que
vuelva la garra, la lucha y el sentimiento por la camiseta valencianista; y, por otro lado, que
regrese la ambición competitiva, el hambre, las goleadas y la consecución de títulos por parte
de los blancos.
15/02/2021

Fuente: Pinterest.es
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